MenorcaMenorca es la segunda isla más grande del archipiélago Balear, se ubica en el área occidental del Mar Mediterráneo, a unos 250 kilómetros de la península Ibérica. Su aeropuerto se encuentra en la ciudad de Mahón, la capital.
Con 668 kilómetros cuadrados la totalidad de Menorca fue declarada Rserva de la Biosfera por la Unesco.
La geografía de la isla se compone de paisajes semidesérticos en el norte, colinas verdes y fértiles en el centro, kilómetros de paredes de piedra, yacimientos megalíticos, impresionantes acantilados, playas de arenas blancas y calas vírgenes de aguas cristalinas.
Menorca cuenta con una población de 92.434 habitantes y alrededor de 700.000 turistas visitan la isla cada año.
Menorca, al igual que el resto del archipiélago disfruta de un clima puramente mediterráneo, inviernos suaves y húmedos, y veranos secos y cálidos.
En el extremo sur se encuentra Mahón, la capital de la isla. La ciudad está construida sobre los acantilados de la costa del puerto de Mahón, el segundo puerto natural más grande de Europa.
En el extremo occidental encontramos Ciutadella, la Antigua capital de la isla y el municipio más grande de Menorca. Su casco antiguo, señorial y aristocrático, comprende un importante y bello conjunto histórico-artístico.
No te puedes perder un paseo por el puerto, un enclave típicamente mediterráneo.
Al caer la tarde es el lugar obligado para disfrutar del buen pescado fresco en alguno de sus restaurantes.
Cerca de Ciutadella, en el extremo noroccidental de la isla se encuentra el solitario faro de Punta Nati, el viento, el mar y las peculiares construcciones que sirven de refugio para el ganado le confieren al sitio un entorno misterioso.
Uno de los mayores atractivos de la isla son sin duda, sus playas y calas vírgenes. Las hay para todos los gustos.
La costa sur está formada por blancos arenales rodeados de abundantes zonas verdes de pinares, sus calmadas y cristalinas aguas son de un tono azul turquesa profundo.
En el norte la costa es rocosa y agreste por la erosión que provoca el viento de tramontana. La arena de algunas de sus playas es más gruesa y a veces rojiza.
Al resguardo de los acantilados también encontramos playas de arenas blancas y un sin fin de calas por explorar y no dejar de asombrarse.