El Mercado Central de Valencia es uno de los mercados en funcionamiento más antiguos de Europa, por lo que ha obtenido el título de "Bien de Interés Cultural". Su construcción duró casi 10 años de trabajo al aire libre y fue oficialmente inaugurado en 1928. Es muy frecuentado, tanto por locales como turistas, por lo que se trata de un lugar ideal para sumergirse en el corazón de la cultura local y perderse por sus diferentes pasillos, descubriendo los productos locales de temporada. Por todo ello, es una visita obligatoria durante tus vacaciones en Valencia.
Perla arquitectónica
El edificio se sitúa en el corazón de la Ciutat Vella, en el centro histórico de Valencia, donde se encuentran la mayor parte de las atracciones turísticas; rodeado además por numerosos comercios, cafés, bares y restaurantes. Su estilo de construcción modernista es impresionante, por lo que se trata de un maravilloso ejemplo de la arquitectura del siglo XX. La imponente estructura metálica acoge a 900 pequeños puestos de venta, repartidos en un total de 8.160 metros cuadrados. Una leyenda local afirma que, en este mismo lugar, existía un mercado desde el siglo XIV.
Nada más entrar en su interior, lo primero que nos llamará la atención es la amplitud y el tamaño del propio mercado, formado por vigas de acero y con una cúpula de 30 metros de diámetro. Se compone de mosaicos y vidrieras hechas a mano, con motivos que representan elementos de la naturaleza. El mercado es un símbolo de la diversidad de alimentos que se cultivan por los alrededores de la ciudad. La designación de "Horta Valenciana" es reconocida internacionalmente y hace referencia a las frutas y verduras producidas en la llanura fértil que rodea a la ciudad. Con tantos productos de temporada no nos sorprende que haya tantos restaurantes vegetarianos en Valencia.
Una explosión de colores y sabores
Estamos ante un verdadero templo dedicado a la Gastronomía: frutas y verduras de temporada, todo tipo de pescado fresco, puestos de charcutería ibérica y numerosos jamones, quesos, aceitunas, puestos de cava... ¡Incluso hay un puesto dedicado al azafrán -elemento imprescindible para las paellas y fideuà valencianos - y a los escargots!
Por ejemplo, a pocos pasos de las tiendas de jamones, te encontrarás un colorido puesto con miles de especies de todo tipo. No dudes en preguntar todo lo que quieras, ya que los vendedores estarán orgullosos y encantados de enseñarte sus productos.
Entre los principales atractivos culinarios de este mercado, como en todas partes de España, se encuentran los jamones curados. Como sabrás, existen diferentes categorías de jamones, que varían en precio y en calidad. La más conocida, y más cara, es el jamón de "pata negra", un jamón procediente de cerdos ibéricos, de un característico color negro y que se mueven libremente por el campo, alimentándose únicamente de bellotas. Este jamón llega a alcanzar los cientos de euros y se come en tiras finísimas, casi transparentes. Una vez en la boca, la fina loncha de jamón se funde en el paladar, dejando un delicioso sabor tras de sí.
La calidad y variedad de estos productos son obvias. La mayoría de ellos son productos locales y conforman una verdadera de explosión de colores que atestiguan la riqueza de los cultivos de frutas de la región, especialmente naranjas y limones, cítricos típicos de la región.
Un elemento esencial de la gastronomía española, que no puede faltar en ningún tipo de comida, es el pan. No hay mejor acompañante para disfrutar de una buena loncha de jamón ibérico con aceite que una rebanada de pan. Desde la clásica barra, hasta el pan de la abuela, el pan de leña o el pan rústico, escoge el que más se adapte a tus gustos.
No podrás apartar la vista de las carnicerías, ya que los que los pedazos de carne fresca de vacuno, cerdo, cordero y aves de coral pueden llegar a ser desconcertantes: cabezas, pies, orejas, lengua, rabo...todos se exponen en las vitrinas. En muchos puestos de venta solemos encontrar conejos enteros, otro ingrediente crucial de la paella valenciana.
Además, una parte del mercado está dedicada a la venta de pescados y mariscos frescos. Desde calamares, sepias, pulpos, almejas, mejillones, erizos de mar, camarones, gambas, langostas.... Todos ellos de vivos colores, colocados sobre cajas de hielo. Gracias a semejante oferta, tendrás un montón donde escoger. Aquí es donde compran los chefs y dueños de los bares de tapas de la zona, por lo que, unas pocas horas más tarde, podrás disfrutar de estos maravillosos productos frescos en la mesa de los restaurantes o tranquilamente sentado en la terraza de los bares de tapas.
¿Agotado de tanto andar? No hay nada como reconfortarse con un buen café para que la cafeína haga sus milagros. En el mismo mercado te recomendamos la cafetería Retrogusto Coffeemates, un lugar estupendo para recargar energías y disfrutar del suave aroma del mejor café ¿Y qué te parecería llevar un té especial para casa? En ese caso, deberías visitar la tienda de BBté. Por otro lado, hay quien se acerca hasta el mercado para disfrutar de deliciosas tapas acompañadas de un buen vaso de vino. El Bar Central es un restaurante de tapas muy conocido en la zona, en el que podrás satisfacer tu apetito a precios asequibles y en el mismo corazón del mercado: Patatas Bravas, croquetas, mejillones, frituras, calamares... Basta decir que todos sus productos son frescos, ya que proceden directamente de los puestos del mercado.