Garachico, podría haber sido la ciudad más importante de la isla de Tenerife si la naturaleza no hubiese intervenido de forma tan espectacular como hizo. Es uno de los lugares más populares entre los excursionistas y una de las visitas obligadas cuando llegas a la isla.
Hace más de trescientos años, Garachico lo tenía todo, antaño fue el principal puerto de Tenerife. Sus casas nobles eran el hogar de ricos comerciantes, clérigos, familias tituladas y artistas.
En 1706, la naturaleza tomo acto de presencia arrebatando cruelmente todas las riquezas de Garachico, la erupción de un volcán destruyó su puerto arrojando ríos de lava que se extendieron a través de la ciudad destruyendo la gallina de los huevos de oro, "el puerto". Los buques buscaron atraques en otros lugares de la isla, en Santa Cruz y Puerto de la Cruz, terminando así con la hegemonía del puerto de Garachico.
Pero la lava no fue el único problema que tuvo esta ciudad, también sufrieron plagas de langostas, brotes de enfermedades, incendios e inundaciones. Sin duda un pueblo con una historia sacada de las páginas del Antiguo Testamento.
Pero el pueblo de Garachico se sobrepuso a tantas desgracias y a pesar de perder su condición del puerto más importante de Tenerife, fue uno de los pueblos que mejor se conservaron y prosperaron en Tenerife.
Garachico destaca como las flores de los almendros en medio de un mar de cactus. La lava que se llevó su puerto ha transformado su entorno en atractivas e inusuales piscinas de rocas, una característica que atrae a hordas de visitantes que exploran además su plaza de la Libertad, sin duda una de las plazas más pintorescas de las Islas Canarias.
En los restaurantes de alrededor podrás disfrutar de de los pescados más frescos elaborados de modo tradicional y acompañados por las famosas papas con mojo. Si decides explorar sus antiguas calles, descubrirás antiguos conventos, monasterios, edificios coloniales y peculiaridades históricas.
Al caer la noche, este lugar se convierte en un pueblo de ensueño, excepto cuando hay una fiesta o un festival. No es la primera vez que se ha visto bandas de rock romper guitarras en el escenario y arrastrar carros de bueyes por las calles durante las romerías.
Pero el acto mas espectacular son "los fuegos del Risco", cada cinco años (la próxima es 2015), los lugareños tiran bolas de fuego por los acantilados siguiendo el camino que la lava tomó en 1706. Garachico no llora la erupción que destruyó su fortuna, si no que la celebra.