Roses es una de las principales localidades del Alto Ampurdián y en sus alrededores encontramos multitud de playas para todos los gustos: desde largos arenales con todos los servicios, hasta pequeñas calas aisladas y solitarias, en las que disfrutar de sol y la tranquilidad del mar.
En este artículo empezaremos descubriendo las mejores playas urbanas y semiurbanas de Roses, perfectas para disfrutar de la playa sin tener que renunciar a nada y, poco a poco, nos iremos adentrando en el Cabo de Creus para descubrir sus paraísos naturales.
1. Playas urbanas: Playa de Roses, La Punta, Santa Margarita y Palangres
La localidad de Roses es el destino perfecto para disfrutar del turismo de sol y playa en el Alto Ampurdián, en la costa Brava. En el mismo centro de Roses encontramos diferentes playas de arena fina y aguas poco profundas que cuentan, además, con todos los servicios, por lo que son ideales si viajamos en familia.
Los casi dos kilómetros de la playa de Roses se dividen en tres tramos diferenciados: la playa Nova, la playa Rastrell y la playa Salatar. Es una de las playas de Roses más visitadas, ya que se encuentra a un paso del centro de la localidad.
Si nos acercamos hasta el puerto pesquero, encontraremos la playa La Punta, de 550 metros de longitud y que se extiende hasta la riera Ginjolers. Su proximidad, arena fina y aguas tranquilas la convierten en una playa bastante concurrida en verano.
La playa de Santa Margarida es una de las más conocidas, ya que sus 650 metros de arena fina y aguas transparentes y tranquilas son un reclamo para muchos turistas.
Un poco más alejada, pero a tan solo 1km del centro de Roses, se encuentra la playa de Palangres, mucho más pequeña que las anteriores ya que su longitud no supera los 150 metros. Aun así, su zona de picnic con mesas y bancos a un paso del agua, la convierte en una de las playas preferidas en el entorno más inmediato de Roses. Para disfrutar de estas playas más o menos urbanas, no hay nada como encontrar una cómoda villa de vacaciones en las playas de Roses.
2. Canyelles Petites y Canyelles Grosses
A 4 kilómetros de Roses y sin llegar a entrar en el Parque Natural del Cabo de Creus encontramos dos playas semiurbanas, con aguas transparentes y arena dorada, perfectas para disfrutar del sol y de la naturaleza sin tener que renunciar a ningún tipo de servicios. Desde Roses podremos llegar a ambas fácilmente en coche o en transporte público.
La playa más cercana a la localidad de Roses es la de Canyelles Petites, la cual destaca por los bancos que se han emplazado en su elevado paseo marítimo y desde los que disfrutaremos de unas vistas espectaculares del entorno. Los servicios de la playa incluyen duchas, restaurantes, socorrismo…
A un lado de Canyelles Petites encontraremos a su hermana mayor: la cala Almadrava o Canyelles Grosses, el último arenal antes de adentrarnos en el Cabo de Creus. Las aguas de esta playa son muy poco profundas y casi no existe desnivel, por lo que es perfecta para ir con niños. Cuenta con campos de vóley playa e incluso alquiler de kayaks, una opción altamente recomendable si nos apetece descubrir las calas paradisíacas del Cabo de Creus de las que ahora hablaremos.
3. Cala Montjoi
A siete kilómetros de Roses y en los límites del Parque Natural del Cabo de Creus se encuentra esta playa de 310 metros de longitud, perfecta para pasar un día en familia. En su época, la Cala Montjoi era considerada un verdadero templo culinario, ya que en ella se encontraba el afamado restaurante El Bulli, del reconocido chef Ferrán Adrià. Aunque ahora haya cerrado, la Costa Brava continua siendo un paraíso para los amantes de la buena cocina, ya que por todo el litoral encontramos numerosos restaurantes con estrella Michelín.
Podemos llegar a ella directamente en coche, por lo que su nivel de afluencia es medio, sin llegar a ser demasiado agobiante. Además, el agua cuenta con un cercano desnivel, gracias al que las embarcaciones se pueden acercar bastante a la orilla. Su arena oscura se entremezcla con multitud de piedras planas de pequeño tamaño.
La facilidad de acceso, la belleza del entorno que la protege del viento y sus aguas tranquilas hacen de la Cala Montjoi una opción perfecta para los que viajen en familia. Sobre todo, lo mejor de esta playa es que a partir de ella podremos alcanzar las calas más solitarias y recónditas del Cabo de Creus.
4. Cala Jóncols
El Cabo de Creus nos recibe con una pequeña cala de gran belleza llamada Cala Jóncols. Se trata de un verdadero oasis de aguas transparentes y un rocoso fondo marino que podremos descubrir alquilando todo el material necesario para el submarinismo o snorkel en el centro de buceo que se encuentra en la misma playa.
La relativa dificultad de acceso a la playa produce que la afluencia se vea limitada y por ello es una de las calas de la Costa Brava en la que más calma y tranquilidad se respira. Se trata de un verdadero escenario de película. Con todo, la Cala Jóncols cuenta con duchas, aseos y alquiler de hamacas, por lo que nos sentiremos como en el paraíso sin tener que renunciar a ningún tipo de servicios. Podrás llegar a Cala Jóncols en kayak, en barco o a través de un camino no asfaltado desde la Cala Montjoi.
5. Cala del Canadell
En la reserva del Cabo de Norfeu, en el corazón del Parque Natural del Cabo de Creus, encontraremos una pequeña cala virgen, solitaria y de increíble belleza, paraíso para los amantes del naturismo.
Su dificultad de acceso, ya que no se puede acceder directamente en coche, y el hecho de que no ofrezca ningún tipo de servicios hacen que sea muy poco transitada. Con todo, si echamos algo en falta, siempre podremos acercarnos hasta la cala Jòncols, a menos de un kilómetro de distancia.
Desde la cala Canadell te recomendamos realizar una excursión por las cuevas que se esconden en los acantilados del litoral del Cabo de Norfeu.
6. Cala Calitjàs
Desde la Cala Montjoi también podremos llegar hasta la Cala Calitjàs, una preciosa cala aislada en el Cabo de Creus, de 130 metros de longitud y desde la que disfrutaremos de una panorámica increíble del Cabo de Norfeu y sus playas.
Debido a su poca afluencia, es habitual encontrar nudistas en esta cala, pero también multitud de amantes del submarinismo y el esnórquel y es que en el extremo de rocas que separa la Cala Calitjàs y la Bahía de la cala Montjoi encontraremos los restos sumergidos del barco Phedon, hundido en 1934 después de sufrir una explosión.
Como el resto de calas del litoral del Cabo de Creus, la Cala Calitjàs está formada por piedras aplanadas y aguas transparentes, con un salto de profundidad bastante cercano a la orilla.
7. Cala Rostella
La Cala Rostella nos da la bienvenida al verdadero paraíso mediterráneo. Esta cala es el paradigma de playa de ensueño: solitaria, situada en un entorno virgen de verde vegetación y con aguas tranquilas, de un precioso color azul turquesa. La única pega es el acceso, ya que, para llegar hasta ella, tendremos que acercarnos en coche y luego descender a pie un tramo de unos 15 minutos.
La Cala Rostella tiene 110 metros de longitud y se compone principalmente de pequeños guijarros. Gracias a los abundantes pinos que la rodean, la playa se encuentra protegida del viento. Además, sus aguas cristalinas y la belleza de su fondo marino atraen a multitud de aficionados al submarinismo. Un verdadero oasis.
Como vemos, las playas de esta zona de la Costa Brava son verdaderos paraísos. La proximidad de Roses al Cabo de Creus, hace que esta localidad esté repleta de playas y calas de todo tipo, perfectas para disfrutar de unas vacaciones de ensueño.
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