Vídeo del boquerón
Boquerón Victoriano
Es sin duda el mejor ejemplar de este plato. Se llama Victoriano porque hace honor a la temporada del año en que el boquerón está en su mejor momento, coincidiendo con el día de la Victoria (8 de Septiembre).
El clásico boquerón victoriano mide 9 centímetros y se presenta frito en manojitos. Es una tradición malagueña, y todo un arte de nuestras abuelas. Consiste en hacer un abanico de 4 o 5 boquerones unidos por la cola y ligeramente salados. Se pasan por harina y se fríen en abundante aceite de oliva muy caliente.
Del boquerón se come todo. Sus espinas son tan finas que no suponen un peligro su ingesta y además aportan calcio. Tal es la importancia del boquerón victoriano en la provincia de Málaga, que incluso recibe su homenaje el mismo día de la Victoria en la localidad malagueña del Rincón de la Victoria para celebrar el Día del Boquerón Victoriano.
Una fiesta muy generosa con su público, donde se dan a degustar centenares de raciones de boquerones fritos, y que cada año inaugura una destacada personalidad malagueña con el esperado pregón. Este año lo hizo el chef malagueño Estrella Michelín Jose Carlos García.
Boquerón abierto al limón
Es otra variedad del boquerón frito. En este caso se abre el boquerón y se le quitan las espinas. Se deja macerar en zumo de limón y finalmente se enharina y se fríe individualmente en abundante aceite de oliva.
Es otra opción para quien guste el pescado aliñado y totalmente limpio de espinas.
Turismo y dieta saludable
Para los malagueños, un plato de boquerones es comida habitual en la mesa de cualquier hogar, restaurante o chiringuito. Para quienes visitan Málaga, no sólo vienen a una ciudad con una amplia oferta de ocio y cultura, sino que además tienen la posibilidad de disfrutar de una gastronomía rica y sana basada en los productos de la zona. El boquerón tiene un valor nutricional importante, siendo rico en proteínas, vitaminas, omega 3, hierro y yodo. Si a esto le sumamos la forma tradicional de comer el boquerón con las espinas, se aporta calcio.
A través de la comida se conocen las tradiciones de un destino turístico, y en Málaga es imprescindible llevarse a la boca un manojito de boquerones para conocer el sabor de esta ciudad marinera andaluza.
Y si el boquerón es el rey de la mesa, la reina es la sardina en el tradicional espeto de sardina malagueño.
El boquerón fuera de la mesa, también se utiliza como apelativo cariñoso al malagueño. Por ser un icono en la ciudad, el boquerón simboliza la figura de los malagueños, así que no te extrañes si oyes decir: soy malagueño, soy boquerón.