En Málaga, durante la Semana Santa de abril, el ambiente se impregna del olor de los naranjos en flor y el incienso, por sus calles se escucha el bullicio de multitudes y el sonido continuo de las marchas, interrumpido ocasionalmente por algún toque de campana. Cada cierto tiempo, las campanas vuelven a sonar, seguidas del suave sonido de cientos de pasos y los gritos de “¡Guapa!”, que se escuchan por encima del ruido de trompetas y tambores. Desde la esquina aparece una enorme procesión, formada por docenas de personas, majestuosamente vestidas con largas túnicas y capirotes que caminan al unísono, siguiendo el rimo de la música. El grupo está formado por hombres y mujeres que cargan sobre sus hombros el peso de una enorme y precioso trono, mientras avanzan por la calle a un ritmo constante, siguiendo las indicaciones de un único hombre.
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Se trata de una escena espectacular: la carroza tiene unos 5-6 metros de largo y en lo alto se emplaza un trono de gran tamaño, en el que descansa cómodamente la figura de la Virgen María, rodeada por cientos de velas, flores y un toldo decorado con todo tipo de detalles. No hay duda de que la Semana Santa en España es un evento único. Pero, dado el enorme trabajo que conlleva esta celebración que tan solo dura una semana, nos han surgido algunas preguntas como: ¿quién está detrás de la creación de estas figuras majestuosas? ¿quién sostiene todo su peso durante la procesión que parte de las iglesias y capillas? ¿Por qué llevan esos trajes y capirotes? ¿Por qué sufren días enteros bajo el sol, transportando tronos de 3 toneladas por las calles de Málaga?
¿Qué son las cofradías?
En Vacaciones-España.es decidimos reunirnos con Eduardo Rosell Vergara, Hermano Mayor de la hermandad de las Reales Cofradías Fusionadas, frente a su sede principal en la calle Postigo de San Juan, en Málaga.
Allí nos aguardaba un hombre vestido elegantemente que, rápidamente nos invitó a entrar. Mientras nos guiaba por las diferentes capillas, repletas de figuras de Jesucristo y de la Virgen María, nos contaba todas sus historias.
Así, cuando nos señalaba figuras, Vergara nos comentaba: “Esta es la del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y Sangre, la imagen más antigua que sale en procesión en Málaga y aquí podéis observar la figura de la Virgen María Santísima de Lágrimas y Favores”. En un momento dado nos remarca que “Antonio Banderas nació en Málaga y forma parte de nuestra hermandad. Es un siervo fiel de la Virgen María e, incluso, escribió un salmo especialmente para ella, que nosotros siempre cantamos el Domingo de Ramos cuando salimos de la iglesia”.
En la Iglesia Católica, la Cofradía es una fraternidad religiosa, unida por la fe común que comparten sus miembros, además de la devoción a Cristo, a la Virgen María y a un santo en específico. La Semana Santa es una de las celebraciones principales y, especialmente en las ciudades del sur de España, se viven estos días con toda la pasión y emoción.
Las cofradías que participan en la Semana Santa son hermandades penitenciales. En Málaga encontramos 44 distintas, ya que cada una de ellas tiene su propio estatus y normas, pero todas ellas están sujetas a la diócesis de la provincia. Por tanto, las cofradías de Málaga están sujetas a las diócesis de Málaga.
La hermandad se basa en una clara estructura jerárquica, liderada por el Hermano Mayor, que es elegido por el consejo de la hermandad. Aparte, también hay ejecutivos financieros y secretarios, entre otros cargos. Vergara lleva 7 años presidiendo la hermandad y desde hace 47 años es miembro de los “Fusionadas”.
¿Cómo convertirse en miembro de una hermandad?
La página web de cada hermandad muestra que, para hacernos miembros de la cofradía, solo tenemos que completar el formulario de solicitud y enviarlo por email a la asociación. La letra pequeña indica que cualquier participante de la fraternidad puede actuar como testigo y muestra que el candidato es católico y quiere participar en la vida de la fraternidad. Cuando solicitamos formar parte a través de la web, nos solicitarán nuestro número de cuenta y tendremos que autorizar un pago de 48€.
No debería sorprendernos que las cofradías también cuentan con miembros de fuera de Málaga. Vergara nos comentaba que algunos miembros provienen de otras ciudades e, incluso, de otros países. En la actualidad, la iglesia de las Reales Cofradías Fusionadas cuenta con 3.000 miembros de pleno derecho (aquellos que pagan la tasa de afiliación anual), siendo la hermandad más grande de Málaga.
Evaristo Díez Alcaraz, miembro del comité de la iglesia de las Reales Cofradías Fusionadas, bromea que la supuesta rivalidad entre las fraternidades no es verdadera: “No es como en el fútbol. No hay Madrid o Barcelona, no hay competición, sino que debes elegir la mejor hermandad para ti. Puedes ser miembro de diferentes hermandades al mismo tiempo, pero sin pertenecer al consejo de ninguna de ellas”
También es importante recalcar que es complicado que te lleguen a expulsar de una hermandad. Con todo, una manera de hacerlo es saliendo a la calle con las túnicas y el capirote si no es Semana Santa.
Primero hermano, luego español
Los pasillos de la primera planta están repletos de gente. Se escuchan voces, alguien está contando una historia a un grupo que se agolpa a su alrededor y otros no pueden dejar de reír. Entramos en un cuarto de túnicas negras, moradas y de color crema, perfectamente colocadas sobre mesas y estanterías. Desde detrás de algunas vitrinas, nos vigilan los ojos de ángeles pintados y figuras de querubines.
La sala se llena rápidamente de niños y adultos de todas las edades. Sobre la mesa, alguien ha dejado una lista de nombres, en la que se indica a aquellos que ya han recibido su túnica. El ambiente es agradable y relajado y parece que todo el mundo se conoce y disfruta de la reunión.
¿Hace cuánto que formas parte de la fraternidad? Le pregunto al chico que acaba de entrar en la habitación. Carlos tiene 20 años y ha sido miembro de la hermandad durante toda su vida. Nada más nacer, su padre lo inscribió en las “Fusionadas” y participó en su primera procesión como monaguillo cuando tenía nueve años.
Otro chico es Eduardo, el hijo del presidente, que recuerda su juventud ataviado con una pequeña túnica, mientras caminaba al lado de su padre. En su familia, todos sus tíos y primos forman parte de la misma asociación.
Evaristo se adelanta y participa en nuestra conversación. Entre risas afirma que, en Málaga, cuando nace un niño, lo primero que se hace es inscribirlo en la hermandad y luego registrar su nacimiento. Acaba de celebrar su 47º aniversario como miembro y nos descubre que “antes de que pudiésemos participar en una procesión real, organizábamos procesiones en casa, imitando nuestros puestos favoritos por los pasillos. Me acerqué a Fusionadas con mis compañeros de clase y alguien nos sugirió que nos inscribiésemos. Unos días después ya éramos todos miembros de la fraternidad. Al principio, mis motivos eran, principalmente, sociales y no religiosos. Pero eso ha cambiado con el tiempo”.
Ser miembro 365 días al año
Las hermandades aparecen por las calles unos días antes de Semana Santa. Al atardecer, se pueden escuchar decenas de tambores y trompetas repitiendo las marchas de Semana Santa. Por todo el centro de la ciudad encontramos un gran número de clientes devotos, que van de tienda en tienda buscando nuevos capirotes (los sombreros puntiagudos tradicionales), mientras los sastres dan los últimos detalles a las túnicas antes del gran evento del Domingo de Ramos.
Para los que venimos de fuera, parece que la actividad de las fraternidades se reduce a unas pocas semanas de trabajo antes de Semana Santa. Sin embargo, tendemos a olvidarnos de que sus miembros no llevan los trajes tradicionales en su día a día, cuando salen a pasear por la ciudad.
Todas las actividades relacionadas con el reglamento y las fraternidades sociales están financiadas por las cuotas de afiliación, pero también por la venta de rifas, cenas caritativas y donaciones. Durante la Feria de Málaga, la fraternidad tiene su propia caseta en la que organizan actividades de caridad. El dinero se utiliza para apoyar las diferentes causas sociales que organiza la fundación más grande de Málaga, la Fundación Lágrimas y Favores, cuyo presidente es Antonio Banderas.
Aunque la iglesia de las Reales Cofradías Fusionadas cuenta con 3.000 miembros aproximadamente, solamente una fracción de ellos participan en las actividades diarias. Aquellos responsables por lo que ocurre en la hermandad (en torno en a 150-120 personas, dependiendo de la temporada), se acercan hasta las oficinas centrales casi todos los días. Su tiempo y dedicación es completamente voluntaria y lo suelen compaginar con su jornada de trabajo, familia y vida social.
“La ayuda familiar es la base sobre la que se construye nuestro trabajo” explica Evaristo. “Las familias son las que de verdad sufren el hecho de que no estemos en casa. Pero, por otra parte, muchas familias no conocen otra manera de vivir, mi mujer me conoció cuando ya era miembro de la hermandad, por lo que no puedo separar la vida de la hermandad de mi vida familiar”.
Posiciones: Mayordomo, submarino, hombre de trono
Los nombres de las diferentes posiciones en la hermandad pueden dar lugar a malinterpretaciones, pero se basan en los roles de cada grupo durante las procesiones. Por ejemplo, los “submarinos” son aquellos localizados bajo el trono, mientras que los que se sitúan al lado del trono, cargando el peso sobre sus hombros son los “hombres de trono”. Los “submarinos” pueden permanecer bajo el pesado trono en una oscuridad absoluta durante toda la procesión (de alrededor de 9 horas). Las enormes carrozas, decoradas con multitud de detalles, atraen toda la atención y son consideradas un verdadero arte por algunos; sin embargo, si las observas desde abajo te das cuenta de que su estructura se parece más a una jaula.
La parte superior está formada por vigas de madera entre las que se sitúan los submarinos y que se cubren con tejidos de todo tipo de motivos para limitar el paso del aire. Al estar tan pegados, con tan poco espacio para moverse y llevando túnicas, normalmente de lana, el ambiente puede llegar a ser agobiante.
Soportando tanto peso, la respiración pesada de sus compañeros, el aumento de la temperatura bajo el trono y el entumecimiento de sus manos…¿cómo pueden centrarse cuando el mayordomo les ordena levantar el trono?
Carlos explica que: “piensas sobre todo en los seres queridos, en la gente que ya no está y en la imagen, porque tienes que apretar para arriba con tu corazón, no te queda otra”.
¿Quién diría que cargar con un enorme trono es un privilegio? Algunas leyendas urbanas indican que, incluso hay listas de espera de miembros interesados en cargar con la plataforma. Es verdad, estos rumores no podrían ser más ciertos, ya que en algunas hermandades la lista de espera alcanza los seis años.
Eduardo, uno de los mayordomos de la fraternidad, nos explica que “ser un hombre de trono es todo un honor, porque puedes llevar a Jesucristo y a nuestra querida Virgen sobre tus hombros, una experiencia mucho más grande que simplemente participar en la procesión. Hay figuras muy populares, por ejemplo, para poder portar a la Virgen de Lágrimas y Favores tienes que esperar unos dos o tres años de media”.
Los hermanos con los que hablamos son personas llenas de ilusión, optimistas y que de verdad creen en lo que hacen. Lo único que temen durante la Semana Santa es la lluvia. Afirman que “cuando llueve, nuestro mundo se hunde en cierto modo”. Todo el año de preparación, esperanza y buena voluntad desaparece con cada gota caída del cielo”. Esperemos que este año tiempo acompañe.
Para disfrutar de toda la pasión y emoción de esta celebración, lo mejor es alojarse en un apartamento de vacaciones en la ciudad de Málaga durante la Semana Santa y vivir esta experiencia única en toda su magnitud.