Vaya a la ciudad que vaya, la primera visita que hago es a su mercado y a sus mercadillos. Siempre tuve la impresión de que son una representación bastante ajustada de lo que es un lugar y sus gentes. Del mismo modo que usamos un plano para orientarnos en el entramado de calles y plazas,los mercados y mercadillos se pueden entender como un mapa que nos hace escuchar el ritmo de la ciudad, que cuenta quiénes y cómo son los que habitan el lugar que visitamos.
El Rastro de Fuengirola es posiblemente el Rastro por antonomasia de la Costa del Sol, una mezcla atractiva de objetos usados de todo tipo, de todo valor y de todo precio -siempre negociable, claro- que nació hace más de veinte años a partir de la iniciativa de unos residentes extranjeros enamorados de losflea markets, marchés aux puces, mercats dels encants y rastros: los mercados de ocasión de toda Europa.
El Rastro de Fuengirola se sigue celebrando cada sábado desde sus inicios -ha crecido hasta los 400 puestos- y lo que nació como un modelo amable para el ocio personal es hoy en día y para la mayor parte de sus vendedores, una posibilidad añadir ingresos a la economía personal en tiempos inestables.
Bolas de Golf
Si nunca antes habías estado en la Costa del Sol, posiblemente te sorprenderá que uno de los best-sellers del Rastro sean las bolas de golf usadas, como las que vende el malagueño Sebastián Cano; en realidad verás que no es nada extraño en un lugar en el que puedes acceder a más de 40 campos de golf en menos de 50 kms a la redonda.
Sebastián lleva siete años vendiendo las que recoge él personalmente o compra a terceros; son bolas perdidas o abandonadas que aparecen cuando se desbroza el green; lo normal es que en tres horas de trabajo se puedan sacar unas 200 bolas, aunque en alguna ocasión se ha dado el caso de encontrar hasta 4.000 bolas en zonas de hierbas altas, matorral y zarzas. Aunque hay muchas calidades en pelotas de golf,incluso dentro de marcas como Nike, Maxfli, o Callaway, la diferencia de precio siempre es atractiva para el comprador: tres bolas nuevas Pro V cuestan 18 euros y un paquete de 20 bolas Pro V usadas cuesta solo 20.Sebastian vende también bastones de golf y objetos de coleccionista ligados a este deporte, y cómo no, pinturas y antigüedades con precios entre 10 y 700 euros.
Antigüedades y objetos vintage
André de Bretteville es un ejemplo de esas mezclas que encontramos en Fuengirola: noruego -de origen francés y danés- y español desde que con 10 años se vino a vivir aquí con su madre, una de las pioneras de las subastas de arte en la Costa del Sol.
André vende en este Rastro desde sus inicios hace más de 20 años, una presencia que ha simultaneado con la propiedad de una tienda en Torremolinos y la asistencia a Ferias. Hoy en día compra y vende objetos de anticuario y vintage, como la caja registradora de la foto, una National de palanca de finales del siglo XIX a la que acaba ajustando un precio atractivo para un cliente interesado; un“manitas” también, junto a su socio Gustavo fabrica mesas a medida de carácter rústico o vanguardista para las que utilizan siempre elementos recuperados.
Paco Agüera es monitor de escuelas-taller y fotógrafo, muy activo en su pueblo, Coín (Málaga), donde ha editado un libro sobre la fotografía estenopéica, realizada con cámaras autoconstruidas en la que un pequeño agujero hace la vez de una lente. Paco lleva doce años en el mercadillo (y últimamente también en internet) vendiendo cámaras analógicas: Casi me desmayo cuando veouna Nikon F4 en perfecto estado (una cámara para toda la vida) por… ¡300 euros!
Los puestos de juguetes y muñecos parecen un desfile militar de buena mañana -tan ordenados- pero una selva a mediodía, cuando los clientes ya han revuelto todo lo que hubiere en busca de joyas con las que completar sus colecciones. Este puesto es de Concha que lleva tres años vendiendo muñecos entre 50 cts. y 5 euros. Acierto a reconocer a Lisa Simpson y a algún otro,pero tengo que recurrir a un chiquillo, un experto, para que me explique quién es quién entre los distintos personajes de las distintas colecciones: la complejidad es tanta que sólo él parece entenderla. Elije una bola en la que está Lucas, un personaje de El Señor de los Bosques; lo busco en Google y no hay duda, es él.
Rafa y Rafi son un matrimonio joven de Sevilla que vive en San Pedro de Alcántara. De familia de anticuarios desde hace varias generaciones, simultanean la venta en el Rastro -desde hace ya 15 años- con la presencia en ferias, en las que venden selectos muebles de época, cuadros y lámparas y objetos de decoración. El trabajo no se detiene en un puesto de gran tamaño en el que puedes encontrar objetos de los siglos XIX y XX con precios entre 50 y 6000 euros.
Para el trabajo y para la decoración
Antonio Carvajal es de Almogía aunque vive también en Fuengirola, lleva solo un año en el Rastro vendiendo cencerros que compra a un almacenista; dedicado toda la vida a la ganadería y a la agricultura, tenía claro que un puesto de este tipo funcionaría. La mayor parte de sus clientes son ganaderos, aunque vende también bastante a gente que los usa de adorno en sus casas de campo. "¿A cómo están los cencerros?" te puedes llevar uno desde 5 euros, el precio de los mayores oscila entre 40 y 50 euros.
Al alejarme del Rastro de Fuengirola recuerdo mi primera “gran compra”: una colección de 40 cajas de diapositivas acompañadas de su proyector (no lo quería, pero entraba en el lote) por 5.000 pts, 30 euros. Las imágenes mostraban a una familia de Gibraltar en la segunda mitad de los 60: en la colonia, en Tánger y de viaje por Europa; también había unas pocas de fotos de la frontera en los años 50 y la aduana de La Línea: coches de caballos, taxis de doble matrícula y autobuses que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Pero estas fotos os las enseño otro día.
Y para tí ¿cuál fue tu primera “gran compra” en un Rastro?