Caminar por los Picos de Europa, es toda una aventura que te hace sentir descubridor de un territorio sin explorar, y casi tendrás la tentación de plantar una bandera. Pues bien, esta belleza natural es accesible desde Asturias, Cantabria y Castilla y León.
Garganta del Cares
La garganta del Cares con sus 12 km de longitud te va a enamorar. Hay dos puntos de partida, en el norte desde Poncebos (Asturias), y más al sur desde Caín (Castilla y León).Una ruta que te llevará tres horas y media caminando. Aparte tendrás que sumarle el tiempo extra que dedicarás a contemplar el maravilloso paisaje.
Fuente Dé
Un paseo circular que comienza con un paseo en teleférico cerca de Potes en Cantabria. Asciende a 762 metros (2.500 pies) desde su punto de partida original. A continuación, sigue el PR-PNPE.24 conocido como la Ruta de los Puertos de Áliva. En lugar de descender todo el camino hasta Espinama, toma la pista a la derecha para volver a Fuente Dé.
Travesía Collado Jermoso
Este es una de las rutas más indicadas para los senderistas de alto nivel, ya que la ruta dura dos días. El tramo más rural de los Picos de Europa, no requiere un gran esfuerzo por tu parte, pero al contrario, la subida desde Cordiñanes en Castilla y León a Peña del Porracho, es bastante más difícil. Todo un duro entrenamiento ante la llegada a Fuente Dé Cantabria, donde la ruta se acerca a su fin.
Lagos de Covadonga
Con este brillo espectacular, estos dos lagos, Lago Enol y Lago Ercina, forman el núcleo original de los Picos de Europa. Una ruta circular de 5 km y dos horas de caminata que te ofrecerán buenos momentos para detenerse y contemplar el paisaje. Muy recomendable el mirador de una colina entre los dos lagos, llamado el Mirador de Entrelagos.
Macizo Central de Picos
Este macizo central alberga el pico más alto de los Picos de Europa, la Torre de Cerredo. Sus 2.648 metros (8.688 pies), no son recomendables para los que sufren de vértigo, pero sin duda sí que lo es para las cabras montesas de cuya leche se elabora el distintivo Queso de Cabrales, un queso azul picante.
El terreno escarpado también proporciona un hogar para el rebeco, una especie que parece ser un híbrido entre antílope y cabra. Si ves uno, o mejor dicho, si uno te ve, es probable que se precipite más allá de ti a una velocidad de hasta 50km/h. Pero no sólo destacan por ser veloces, sino también por la altura de 2 metros que pueden alcanzar de un salto en el aire.