La tradición de los Castellers

Los Castells pasan por ser la tradición más singular de Cataluña y Baleares. Unas torres humanas que pueden llegar hasta los diez pisos de altura y que son coronadas por un niño pequeño en lo más alto. ¿No te lo crees? Pues sigue leyendo y descubre la que es, sin duda, una tradición de altura en Cataluña. 

Nervios, adrenalina y aplausos

Castells en la plaza Sant Jaume de Barcelona
 
La gente se agolpa expectante en la plaza de Sant Jaume de Barcelona. Son las dos de la tarde y arriba quema el sol mientras esperamos a que las collas castelleras se preparan para elevar a los miembros de su equipo hacia lo alto. Todos ataviados con los colores de su colla, se animan, estiran y sonríen nerviosos. No es para menos, construir una torre humana no es tarea fácil y el más mínimo error puede suponer el más escrupuloso fracaso y una caída de hasta 15 metros de altura. Por ello, mejor concentrarse para hacer un buen trabajo.
 
Estamos ante el que es uno de los eventos más esperados de las fiestas de Santa Eulalia en Barcelona, pero podemos ver Castells en muchas de las fiestas mayores de los pueblos catalanes, especialmente en la región de Vilafranca del Penedés, Valls y Tarragona. Uno tras otro, a paso tembloroso pero firme, los pisos se van construyendo ante el nerviosismo de los allí presentes, hasta que al final un niño corona la torre humana elevando la palma de su mano hacia el cielo y toda la plaza rompe en aplausos de admiración y gritos de júbilo. Sin perder un segundo, los pisos se van desmontando paulatinamente, de arriba hacia abajo,los miembros del equipo se dejan caer resbalando por los cuerpos de sus compañeros en los pisos inferiores hasta que llegan al suelo.  

Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Construcción de un castell durante las fiestas de Santa Eulalia
 
Pero vayamos por partes, la historia de los Castells se remonta hasta hace 200 años atrás en la región al sur del Delta del Ebro, en la Costa Dorada de España, cuando grupos de personas empezaron a construir torres humanas al finalizar algunas procesiones religiosas a principios del siglo XVIII. Poco a poco, estas torres han ido mejorando hasta convertirse en una atracción en sí misma como son hoy en día, llegando a alcanzar los diez pisos de altura –un récord que solo se ha alcanzado en dos ocasiones.
 
Como la mayor parte de los festejos populares tradicionales, los Castells fueron rescatados tras el fin de la dictadura franquista a mediados de los años setenta y ahora cuentan con un gran número de collas castelleras (asociaciones) en toda Cataluña. En 2010 la Unesco decidió declararlos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por su belleza, dificultad y, sobre todo, por toda la serie de valores tan importantes que representan como son el  trabajo en equipo, la cohesión social, la integración, la solidaridad, el ocio en familia, el amateurismo….  

Torres humanas con partes bien diferenciadas

Un Castell durante las Fiestas Santa Eulalia
 
Toda buena construcción necesita de unos cimientos firmes y robustos. Lo mismo ocurre con los Castells, y es que para que la torre se pueda elevar minimizando el riesgo de desplome se necesita una base sólida de personas que se agolpan creando círculos concéntricos en cuyo interior se emplazará el primer piso. Esta primera base es conocida comúnmente como “piña” y sirve para estabilizar la torre y amortiguar el golpe de una posible caída. 
 
A continuación se eleva el tronco del Castell, es decir, una serie de pisos formados por personas capaces de resistir una gran fuerza, ya que sobre ellas recaerá el peso de la torre por lo que tienden a ser personas grandes y robustas. Por encima irán subiendo personas más esbeltas y delgadas, para ayudar en el equilibrio de los pisos y disminuir el peso. 
 
Hasta la cima de la torre subirán dos personas más jóvenes (llamados “dosos”) sobre la que se acomodará el “acotxador” sobre el que se elevará el niño o niña (enxaneta) que culminará la torre. La enxaneta al llegar a lo alto tendrá que elevar uno de sus brazos para dar por finalizado el Castell, recibiendo los aplausos de todos los allí presentes. Pero aún no está acabado, ya que un Castell solo se considerará finalizado cuando hayan descendido con éxito todos los castellers (personas que participan en la construcción de la torre). 

“Fuerza, equilibrio, valor y cordura”

Los primeros castellers suben sobre la piña
 
La verdad es que asusta observar la altura que consiguen alcanzar, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos pisos están formados por niños, con el peligro que ello supone. Por ello, cuando la enxaneta eleva su brazo allá en lo alto, todo el público se queda maravillado por su fuerza y valor. Las collas castelleras se definen a sí mismas bajo un lema que las caracteriza perfectamente “fuerza, equilibrio, valor y cordura”. Cualidades indispensables para lograr tales proezas. 
 
También es imprescindible una comunicación entre todos los castellers y eso se consigue a través del último elemento de los Castells: la música. Durante la construcción de los diferentes pisos del Castell se toca la llamada “Toc de Castells” que indica a las personas de la Piña y de los pisos inferiores cómo va evolucionando el proceso. Cuando la enxaneta corona la torre se cambia el ritmo de la música para indicar que se inicia el descenso. 
 
Por último, el único elemento de protección que llevan con ellos es el casco de la enxaneta, de ahí la sensación de peligro y nerviosismo constante. Todos los castellers llevan un pantalón blanco de un material resistente y poco resbaladizo, una camisa con el escudo de la colla a la que pertenecen, una faja negra para prevenir lesiones, un pañuelo y pueden llevar alpargatas o ir descalzos. No parece mucha protección teniendo en cuenta la altura y poca estabilidad de las torres humanas! 

Existen diferentes tipos de Castells

Pilar Casteller en la plaza de Sant Jaume
 
Existen diferentes tipologías de Castells, por ejemplo, el 3 de 7 es la torre humana formada por siete pisos de tres personas. Un 5 de 8 es aquel formado por ocho pisos de cinco personas y luego encontramos dos castillos especiales, el Pilar, que es una columna vertical formada por una persona por piso como la que ves en la foto superior; y la Torre que está formada por dos personas por piso.
 
Evidentemente estos altos castillos humanos requieren de una dedicación y entrenamiento constante. Es más, los Castells se consideran como modalidad casi deportiva y cada dos años se celebra en Tarragona una competición para establecer cuál es la mejor  colla castellera.
 
Si quieres ver Castells durante tu visita a Cataluña o Baleares lo mejor es que vengas durante las fiestas mayores de los pueblos y ciudades más importantes. Por ejemplo, estas torres se humanas se elevan en Barcelona durante las fiestas de la Mercè en septiembre, durante las fiestas de Gracia en agosto y durante las fiestas de Santa Eulalia en invierno. Pero ten cuidado, todo el mundo quiere visitar la ciudad durante las fiestas, así que mejor que encuentres tu alojamiento ideal en Barcelona con antelación. 
 
Cualquier ocasión es buena para construir un Castell. Por ello, lo mejor es que consultes en el calendario de las asociaciones castelleras cuáles son sus próximas actividades programadas. ¡Quizás te entre el gusanillo y quieras participar en uno de ellos!