Todavía hoy pocos saben que es posible y altamente recomendable subir hasta los tejados del Museo Nacional de Arte de Cataluña para observar las vistas desde sus azoteas y los detalles de su arquitectura. Sin duda, una experiencia visual de altura sobre toda la ciudad.
Antes de subir tendremos que identificarnos con una pegatina de color rojo que nos darán al comprar las entradas y unos folletos explicativos sobre la arquitectura y arte que contiene el edificio. Aprovecha para leerlos, ya que la subida se realiza en ascensor hasta la segunda planta y luego, a través de un último tramo en escaleras.
Las mejores vistas de la ciudad
Nada más llegar a la cima del Museo, saldremos a una primera terraza coronada por la figura de la estatua de un ángel y de la que podremos observar la magnificencia de las escaleras, fuentes y ornamentos de la Avenida de la Reina María Cristina. Es el lugar más apropiado para disfrutar del espectáculo de colores y sonido “La fuente Mágica” que cada anochecer se produce en la principal fuente del recinto y que atrae a muchos turistas de la ciudad. Por eso, nada mejor que verlo desde las alturas.
También te recomendamos subir a última hora durante los meses de invierno (abierto hasta las 18h), ya que podrás contemplar cómo se pone el sol tras la Sierra de la Collserola, mientras toda la ciudad descansa a tus pies. Si tienes suerte y el día está despejado alcanzarás a observar también el parque natural de la Serralada de Marina.
Su diseño se basó en obras del renacimiento español.
Pero al margen de la panorámica de la ciudad que luego detallaremos poco a poco, lo mejor de subir hasta las terrazas del Museo Nacional de Arte de Cataluña es observar desde muy de cerca todos los detalles de las torres y galerías de este edificio. Sin duda, un arte en sí mismo. El Palacio fue construido en solamente tres años con una intención temporal para la Exposición Universal de 1929 y sus cuatro torres se inspiraron en las formas y estilo churrigueresco de la Torre del Reloj de la Catedral de Santiago de Compostela y se semejan también a la Giralda de Sevilla.
Desde su edificación, ha sido remodelado en múltiples ocasiones para evitar su derrumbe y garantizar la estabilidad de su estructura. Así, a partir del año 2013 se acondicionaron sus azoteas y hoy en día es posible visitarlas, mientras algunos todavía sueñan en poder utilizar ese espacio para realizar fiestas privadas. Merece la pena subir cuando empieza el atardecer para disfrutar de los últimos rayos de sol en las alturas de Barcelona.
En la primera terraza tendremos la cúpula del vestíbulo a nuestras espaldas y podremos aprovechar para mirar a través de sus ventanales y observar la gran Sala Oval de 2.300 metros cuadrados desde lo alto. Desde esta terraza, podremos observar la ciudad casi en su totalidad, apreciaremos toda la belleza de las cuatro torres venecianas que semejan tan pequeñas desde las alturas, la plaza España justo enfrente de nosotros y el Tibidabo saludando desde la punta opuesta. Para ayudarte con la orientación, se han colocado dos paneles explicativos con todos los edificios y lugares de interés en la ciudad para puedas a localizarlos y reconocerlos.
Una vista de 360º sobre Barcelona
La visita continua a través de una pasarela de madera que nos conducirá hacia el lado este del Palacio y desde el que obtendremos una panorámica completa de la ciudad, con todos los elementos que ya conocemos como la Torre Agbar, la Sagrada Familia, la Estatua de Colón y, cómo no, el mar Mediterráneo de fondo. En este punto podremos observar desde cerca el órgano que se encuentra en las alturas de la Sala Oval del interior del edificio.
Si continuamos hacia la parte trasera podremos ver el Parque Montjuïc de fondo y toda una serie de parques delante de nosotros. El principal es el Palacio del Albéniz, la residencia en la que se alojan los reyes de España desde la exposición de 1929 hasta la actualidad. Hoy en día podemos visitar sus jardines y disfrutar de los movimientos de sus fuentes por lo que quizás quieras continuar tu visita a la ciudad con estos parques.
En el lado oeste veremos la Anilla Olímpica diseñada por Santiago Calatrava para albergar los Juegos Olímpicos en el año 1992. Podrás ver también la entrada y fachada lateral del Estadio Olímpico. ¿Alcanzas a ver los caballos galopando en las alturas? En este punto de la azotea, y conforme avanzáis por el paseo, fijos en el techo superior de la Sala Oval ya que podréis ver 9 reflectores de alta potencia originales del año 1929 y que iluminan con fuertes ráfagas de luz la noche de Barcelona. Seguramente os suene esta imagen de postales y fotografías de la ciudad.
Como puedes ver se trata de unas vistas en 360º en los que no solo podremos observar los principales edificios y monumentos de la ciudad, sino también de toda la naturaleza que la rodea, como la Sierra de la Collserola y el Mar Mediterráneo. Supone un punto perfecto para relajarse y observar la ciudad desde las alturas rodeados de la mejor arquitectura de la ciudad. Además, recuerda que la visita al Museo Nacional de Arte Catalán es gratuita los sábados a partir de las 15h por lo que no hay excusas para no subir hasta sus azoteas para aprender un poco más sobre este interesante edificio y relajarnos mientras disfrutamos del sol. ¡Quizás descubras algo nuevo de la ciudad que nunca habías visto y te animes a visitar!
Dirección: Palau Nacional, Parc de Montjuïc, s/n, 08038 Barcelona
Horario: Cierra los lunes. Abierto de octubre a abril de 10h a 18h y de Mayo a Septiembre de 10h a 20h. Los domingos y festivos abre de 10h a 15h.
Precio: 2€ (Gratis los sábados a partir de las 15h y los primeros domingos de cada mes)
Cómo llegar: Metro Plaza España (Línea 1, 3 y 8)