Visita el Hospital Sant Pau i Santa Creu en Barcelona

Barcelona guarda entre sus tesoros una de las principales joyas del modernismo europeo. El Hospital Sant Pau i Santa Creu, un lugar de paz y tranquilidad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1997 y que hoy te invitamos a visitar con nosotros.
 
Hospital Sant Pau i Santa Creu fachada
 
Construido entre 1902 y 1930 gracias al ingenio del arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner, el Hospital Sant Pau i Santa Creu  es una de las mayores maravillas del modernismo europeo. Emplazado no muy lejos de la Sagrada Familia, se trata de una verdadera ciudad inteligente, interconectada por pasadizos y con su propia personalidad que de verdad merece la pena visitar.
 
Nada más entrar encontraremos una pequeña sala con paneles que explican cada una de las edificaciones que conforman el  conjunto del recinto. Para entenderlo mejor, justo a su  lado podremos ver una pequeña maqueta en la que se muestran con todo lujo de detalles todos los edificios, torres y jardines. También, antes de empezar la visita, conviene pararse unos minutos para observar el breve vídeo que se proyecta en una de las paredes de la sala. Con él podremos entender la importancia del recinto que vamos a recorrer a continuación, tanto para la ciudad de Barcelona como para la evolución médica universal. 
 Jardines del Hospital Sant Pau i Santa Creu
 
Tras esta breve introducción para ubicarnos, llegaremos a una sala un tanto escueta en detalles, que destaca por sus voluminosas columnas que sustentan diferentes bóvedas de cerámica blanca. Se trata de la Sala Hipóstila y aunque parezca que es una sala sin mayor interés, vale la pena fijarse en la belleza y detalles de  los ornamentos de los pequeños ladrillos de cerámica que decoran los arcos que conectan entre sí las columnas. Ya en sus orígenes era una sala de paso, en la que se distribuía a los enfermos a los diferentes edificios que veremos a continuación.
 
Nada más salir por las escaleras llegaremos al centro de un enorme jardín exterior en el que podremos observar todo el recinto a nuestro alrededor. Todos sus edificios destacan por su particular belleza arquitectónica, que jamás podríamos habernos imaginado en un hospital de inicios del siglo XX, y por los amplios espacios abiertos. Domènech i Montaner se preocupó no solo por diseñar un hospital eficiente, sino que quería crear un espacio en el que pudiese sanar tanto el cuerpo como el espíritu de los enfermos, por lo que llegaremos a sentir esa calma y relajación al pasear entre sus jardines y por las calles que conectan cada una de las construcciones.
 
Sede de la Organización Mundial de la Salud
 

Mosaicos, jardines, belleza, historia y cultura

Te animamos a que te tomes tu tiempo y visites todos los edificios abiertos al público. Uno de ellos es el Pabellón de Sant Rafael, construido entre 1914 y 1918, pensado como un espacio para traumatología y que hoy en día no ha sido rehabilitado por lo que conserva su esencia inicial. De su escasa decoración destacan los mosaicos que encontramos tanto en las paredes como en el techo y el alto cartel que corona la pared del fondo y en la que podemos ver una fotografía original del edificio en sus años de funcionamiento, con sus más de cuarenta camas en el interior.
 
Por otra parte, el pabellón de Sant Jordi sirve como aula didáctica en la que en diferentes salas se explican tanto las funciones como la arquitectura de cada uno de los edificios. Realmente merece la pena visitarlo para entender cada uno de los elementos de su ornamentación y cómo ha sido el proceso de su construcción y rehabilitación. Justo al final, también podremos leer un poco más sobre la obra y carácter del arquitecto Domènech i Montaner para entender su gran aportación al patrimonio modernista catalán.
 
Recinto del hospital Sant Pau i Santa Creu

Sede de Organizaciones Internacionales

Sin duda merece la pena recorrer cada edificio con calma. Verás que hoy en día muchos de ellos acogen la sede de algunas de las principales organizaciones internacionales que trabajan para lograr un mundo mejor. Por ejemplo, en lo que en su época eran vestíbulos especializados en medicina pionera, hoy se encuentra la sede de La Casa Asia o la Organización Mundial de la Salud. En muchos de ellos encontrarás detalles como mosaicos hechos de cerámica de color blanco y azul que representan formas orgánicas de animales y flores.
 
Fíjate también en toda la vegetación que decora y aviva el recinto con toda una gama de plantas florales, árboles y palmeras que aportan un ambiente muy natural y rara vez presente en ambientes hospitalarios. Todos ellos crean una paleta de colores verdosos y apastelados que, unidos al olor de las naranjas, a las extrañas formas de los edificios y a la luz proveniente del exterior, ayudan a crear esa atmósfera de tranquilidad y paz que preside al circuito. 
 
Escalera en el pavellón de la administración

 Pabellón de la Administración

Ya para el final hemos dejado el que es sin duda el edificio más interesante y cuya alta torre preside y es visible desde todo el recinto. Se trata del antiguo Pabellón de la Administración al que se accede a través de un vestíbulo central con grandes cristaleras con vistas a la Sagrada Familia. Si nos fijamos en el techo podremos ver nueve bóvedas distintas en las que veremos los escudos de Barcelona y de Cataluña, así como la cruz de la Catedral de Barcelona, la cruz de Sant Jordi y el periodo de construcción del edificio.
 
Del vestíbulo surgen dos escaleras opuestas que dirigen a ambos lados del edificio. Desde ellas podremos observar perfectamente una de las características básicas del modernismo: el protagonismo principal que toman la luz y el color en el diseño arquitectónico.
 
Vidrieras del Pabellón de la Administración
 
Ambas escaleras dirigen a dos brazos opuestos en los que aparecen diferentes salas unidas por pasillos de vidrieras que confluyen en sendas estancias principales coronadas por altas bóvedas de ricos mosaicos. A lo largo de los pasillos, cada una de las salas goza de vistas a todo el recinto pero merece la pena reservar tiempo para ver la última de ellas a cada lado, hoy convertidas en sala de actos para albergar conciertos o conferencias. Al llegar, la sorpresa reside en lo alto puesto que en su tejado nace una bóveda de vividos colores formada por pequeñas piezas de cerámica que conforman un mosaico.
 
Otra de las salas rinde homenaje con su nombre al arquitecto y, por tanto, se llama Domènech i Montaner. Solía ser la sala de actos del antiguo hospital y destaca porque, a lo largo de sus 18 metros de altura se fusionan una amplia variedad de esculturas, cerámicas, pinturas y mosaicos… todos ellos unidos conceptualizan a pequeña escala todo el talento y creatividad que se expanden por el recinto. 
 
Sala Domènech i Montaner
 

Pasadizos subterráneos

Quizás uno de los aspectos más curiosos de este recinto sea la larga conexión de más de un kilómetro de longitud de pasadizos subterráneos que conectaban de forma eficaz los edificios entre sí y permitían una comunicación rápida y la distribución también de energía, comida y ropa, de ahí su gran amplitud. Destacan también por sus azulejos de cerámica blanca que permitían su limpieza y desinfección de forma rápida y cómoda y al mismo tiempo les otorgan un halo de misterio que se une a la luz que proviene del exterior.
 
Túneles del Hospital Sant Pau i Santa Creu
 
 
Sin duda hoy en día el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau es una visita obligada al llegar a Barcelona. Se encuentra muy bien conectado con el centro de la ciudad por varias líneas de metro cuyas paradas más cercanas con la de Guinardo/Hospital Sant Pau  (línea 4), Sant Pau/ Dos de Maig (línea 5) y Encants (línea 2) y está a unos veinte minutos andando de la Sagrada Familia.  
 
Abre las puertas a las 10 de la mañana y cierra a las 16h 30 de lunes a sábado entre noviembre y marzo y a las 18h30 entre abril y octubre. Los domingos y festivos abre solo en horario de mañana de 10h a 14h30. Sin embargo, os recomendamos comprar las entradas con antelación en su página web y adquirir una visita guiada, ya sea en Inglés, Francés, Español o Catalán  para conocer de forma amena todos los entresijos de esta joya del modernismo europeo. Hospedarse en el mismo hospital sería todo un lujo, pero, por desgracia no es posible, pero te ofrecemos casas de vacaciones con encanto en Barcelona para que puedas disfrutar al máximo de la experiencia blaugrana.